a mamá Julia
Ayer cuando tuve mis ojos
disparados en lo puro y natural
de una mañana, ví el árbol en mi patio.
Y que salías de él
con tantas hojas y ramas
y siluetas vegetales de abundancia.
Y en esa vida descubrí tu rostro,
tu cuerpecito suave
de huesos duros y adorables.
¡Eras tú, mamá!
¡Y qué bella fue tu salida de los árboles,
tu habitáculo de ninfa,
tu figura con olor de almendras,
tu pulpa de guayaba,
tu corazón de durazno,
tu rojez tibia,
tus ojos cómplices
del azul del cielo,
tu amplitud de brisa,
tu fidelidad fija de raíces
como signo de tierra,
tu mansedumbre aparente
de Tauro / Capricornia!
9-3-1998 Del libro Tantralia
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