martes, 14 de agosto de 2007

Llamado a los héroes

Cuando nací el héroe fue llamado.
Para que yo fuera testigo aproximado
y sintiera las fauces de lodazal sangriento,
los homicidas me dieron compañía
y se dijeron la raza de mi gozo.
Y no era cierto.

No supe que es heroico,
o acaso es masoquismo,
asomarse al esqueleto, amanecer urbano
y aprender el utensilio del cuchillo
por sus nombres curiosos,
o acaso evolutivos, y sobrevivir.

Respiré el prestigio de las viles costumbres,
obsceno aprendizaje, ver de plano
cadáveres y mundo y es todavía
el día que no lo quiero y digo, acaso con mentira,
que no es cierto y es cierto
y me duelo heroicamente en el silencio.

2.


No me gusta estar aquí
con los ojos abiertos.
Cómo empieza todo lo que narro:
ser cobardemente y ganar
la medalla y apretar los puños
de este modo;
evadir el conflicto
que el miedo y el remordimiento
no me atenúa ni solve.

Han de pensar que soy cobarde
como maldición que gritan las rodillas
y han de burlarse de mí que creí
a causa de la castidad temprana del pellejo.
Aquí estoy con los ojos abiertos, pero amenazado.

5-17-2000

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