Hay hombres / bestias / entes / seres que yo no quiero ver.
Son los que dejaron de pensarse como egos cesativos.
Me dan asco y no voy a sus camas a entregarles
su futuro sepulcro. A ellos no les cierro los ojos.
Yo no. Otros que sean los que susurren
una mentira para ellos: «Están muertos».
No me arropan las colchas de esos cadáveres vivientes.
Me gusta más tu cobija y tu cuerpo desnudo
que me adivina, me acaricia, me sube con manos
tiernas, esplendorosas, pequeñas, al estómago.
¡Tú me has amado, me invocas, me respetas:
tú me llamas hermana, madre, mujer, amante,
materia prima de tus ansias,
pulpa femenina de tus sueños!
¡Cómo me amas, enano,
desde la flor de tus cinco sentidos!
Me siento más bella cuando tú me quieres.
Del libro Yo soy la muerte / Blogsite
martes, 14 de agosto de 2007
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