El preguntar inicial no responde nunca él mismo. A él sólo le queda el pensar que concierta al hombre con el escuchar la voz del ser y lo vuelve dispuestos a guardar la verdad del ser: Martin Heidegger
Para más querer, yo soy
el preguntante del te quiero.
Voy a lo más perspícuo del corazón
y no a los labios.
A dientes, voz fuera, todas las palabras gritan.
Son polvorientas. Son como útiles viejos y heredados:
Nur-so-hinfragen.
Acá, con corazón,
el olor de ser propio siempre duele.
Impregna cada verbo, interpela sin cesar
a los sordos oídos de las cosas
y se odia en ellos y muere.
Para querer ... pregunto
herido como perro.
Ladro a la noche expresa de la luz.
He sido estremecido con pedradas
en el ahí que me solve
y sobrevivo manifiesto, real y atribulado.
Para más querer, te investigo,
corazón, antes del habla
y de toda conceptuabilidad.
6-1-1976 / Heideggerianas en carlos92701
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