martes, 14 de agosto de 2007

De «Memorias de la contracultura»


Yo no sé decir todo lo que quiero,
pero, desde mi bastión de nervios y de células,
me habla un tal vez, que son los hábitos,
que han mordido de mis huesos, su sustancia,
y pregunta a las memorias de mis sensaciones
su por qué que se escapa,
se prohíbe, su cómo
que tiene sus afanes,
tanto como yo los míos.

Estos estímulos privados, los que yo pongo
en códigos de dudas,
en engramas de anhelos infinitos,
¿por qué no se completan?
¿se explica así a la angustia?

II.


¿Cómo funciona la mente
que tengo contenidos
ya apriorísticos y marchas que realizar
y estoy en pausa?
Aquí clavado estoy como cariátide.
¿Qué van a hacer conmigo
ahora que no me dejo predecir
ni controlar, por falta de modestia?

Los que piensan que estoy equivocado
cuando organizo mis caprichos y pregunto...
¿hay raíz en las aguas de lo maravilloso,
o el mundo es este tarro, a mi diestra,
con vómitos y náuseas,
el comportamiento diseñado que deploro?

¿Pedirán que siga siendo el Fidei Defensor
o es, para mí, que se instaura el Servicio Militar
(obligatorio para que sea el mandato
de los war-hawks y comandantes de butaca?

Estéticas / Tantralia Completo / Hijo de Seth

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